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Commentary By Daniel Di Martino

Los Beneficios Económicos de una Intervención Estadounidense en Venezuela

Economics, Energy, Economics Regulatory Policy

Un reporte reciente de la Associated Press reveló que el presidente Donald Trump preguntó a asesores cercanos, como el teniente general H. R. McMaster, sobre una intervención militar en Venezuela, incluso diciendo que los Estados Unidos podría invadir Venezuela como lo hizo en Panamá. El teniente general McMaster y otros asesores disuadieron al presidente de invadir para evitar la condena internacional – al mismo tiempo que lo urgieron a no cumplir su promesa electoral de mover la embajada de los Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén. Sin embargo, a pesar de que algunos diplomáticos descartan la fuerza militar, una intervención estadounidense podría tener beneficios económicos tanto para Venezuela como para Estados Unidos.

Venezuela ocupa el primer lugar en el índice de la miseria publicado por Steve Hanke, profesor de economía en la universidad Johns Hopkins. Los precios se duplican aproximadamente cada seis semanas, más del 60 por ciento de la población está en la extrema pobreza, y muchos están muriendo de hambre. Incluso cuando un venezolano tiene suficiente dinero ahorrado para comprar algo, muchas veces no está disponible debido a los controles de precio y cambio. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el desempleo subió al 33 por ciento y la economía se contrajo a la mitad durante los últimos tres años.

Durante años, los venezolanos han votado contra el régimen, pero fraudes constantes han impedido todo éxito electoral o cambio. Las personas han protestado e intentado derrocar a la dictadura, pero todos los esfuerzos han fallado en parte porque la población esta desarmada. A pesar de que las familias militares también sufren por la crisis, infiltrados cubanos y desapariciones de “traidores” imposibilitan un golpe.

Por consiguiente, muchos venezolanos llaman a los Estados Unidos y otras naciones a usar fuerza militar para deponer a Maduro y organizar elecciones libres. Ricardo Hausmann, un prominente venezolano que ejerce como director del Centro de Desarrollo Internacional de la universidad de Harvard, ha apoyado una intervención militar internacional. Antonio Ledezma, uno de los líderes de la oposición en el exilio, está viajando por el mundo pidiendo a los países que intervengan en Venezuela militarmente bajo el principio de “intervención humanitaria.”

Las declaraciones del presidente Donald Trump en Agosto del 2017 cuando dijo que la “opción militar” era posible para Venezuela produjeron esperanza entre los venezolanos. Sin embargo, los medios de comunicación y los republicanos minimizaron las declaraciones de Trump mientras que los demócratas las condenaron.

Si el presidente Trump decidiera liberar Venezuela, el milagro económico que seguiría no tendría precedentes. El resultado de la Operación Causa Justa en Panamá en 1989 es un buen punto de comparación. Panamá, como Venezuela, estaba regida por una dictadura narco-socialista. Además, 10 meses antes de la intervención estadounidense, la economía panameña se había reducido más de un 20 por ciento con relación a su población. Sin embargo, luego que los Estados Unidos derrocaran al régimen, la economía se recuperó, con el PIB per capita ajustado por inflación subiendo desde a penas $2.400 en 1989 a su récord anterior de casi $3.000 para 1992 y sobrepasando los $15.000 en 2017.

La Operación Causa Justa resultó en la muerte de 23 soldados estadounidenses de 26.000, y 297 muertes de civiles. Si las muertes civiles fueran extrapoladas en base a la población de Venezuela, significarían alrededor de 3.500 en un mes, aproximadamente el número de muertes por la delincuencia que ya ocurren.

Si el presidente Trump interviene militarmente, la hambruna en Venezuela acabaría en cuestión de meses o semanas. Los controles de precios y cambio podrían ser levantados, permitiendo incrementar la producción y a las importaciones cruzar la frontera. En Alemania luego de la Segunda Guerra Mundial, la escasez, inflación, y mercado negro persistían mientras las fuerzas aliadas imponían controles de precio, pero todas terminaron apenas una semana después que el ministro de economía Ludwig Erhard levantara los controles de precio y anunciara el reemplazo de la moneda. Lo mismo fue cierto con distinta rapidez en los países post-socialistas de Europa del este.

Igualmente, la producción petrolera surgiría en una Venezuela libre. La industria petrolera podría emplear decenas de miles de trabajadores y disminuir el costo del petróleo, lo cual mejoraría el estándar de vida de los estadounidenses y venezolanos. Debido a que Venezuela posee las reservas de petróleo mas grandes del mundo, la producción podría alcanzar los 10 millones de barriles diarios en el mediano plazo de la misma manera que en Arabia Saudita, Rusia, y los Estados Unidos. Estados Unidos ha mas de duplicado su producción petrolera desde 2011, alcanzando casi 11 millones de barriles diarios. La producción venezolana también podría aumentar rápidamente luego de retornar al libre mercado. Un incremento de la producción de crudo de esta magnitud podría disminuir significativamente los precios del petróleo a nivel mundial, beneficiando a los consumidores estadounidenses y creando empleos para los venezolanos.

Elecciones libres en Venezuela traerían oportunidades para multinacionales estadounidenses en el sector petrolero. La líder más importante de la oposición, Maria Corina Machado, apoya la privatización de la industria, y todos los otros lideres quieren al menos abrirla a la inversión privada. Adicionalmente, la oposición apoya ampliamente devolver todas las empresas nacionalizadas a sus dueños y garantizar la propiedad privada, lo cual les daría oportunidades sustanciales a los inversores extranjeros.

El tiempo es primordial. La situación en Venezuela es terrible y empeorando. Los asesinatos, secuestros, robos, y otros tipos de crímenes son extremadamente comunes. Mas de 30 niños mueren cada día de enfermedades que habían sido erradicadas hace años como la tuberculosis, polio, y el sarampión. La falta de comida ha resultado en que el 68 por ciento de los niños estén desnutridos, y 280.000 de ellos podrían morir de desnutrición sólo en 2018 de acuerdo con Cáritas, una institución de salud sin fines de lucro.

Esta crisis humanitaria ha llevado a 4 millones de personas, 14 por ciento de la población, a irse del país desde que el dictador Hugo Chávez tomo el poder en 1999 hasta 2017. Este numero incluye a mi familia y a muchos de nuestros amigos y conocidos que han emigrado a países que incluyen Argentina, Chile, Colombia, España, Italia, Panamá, Perú, y Estados unidos. Si el éxodo continúa a este ritmo, 20 millones de venezolanos podrían emigrar en los próximos años, haciendo de esta la crisis de refugiados mas grande desde la Segunda Guerra Mundial.

Algunos asesores del presidente no quieren que tome el riesgo de usar fuerza militar en Venezuela. Sin embargo, no intervenir resultará seguramente en la muerte de millones de personas y muchos más refugiados, mientras que una intervención generaría beneficios enormes tanto para los estadounidenses como para los venezolanos. La única forma posible de liberar a Venezuela es fuerza militar; el presidente Trump debería seguir sus instintos e intervenir.

Lee la versión en inglés de este artículo aquí

Daniel Di Martino es un contribuidor a Economics21. Síguelo en Twitter @DanielDiMartino

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